Colectivo Destacado - Juan Croxatto V. (En Español)
Diseñador, fotógrafo, filmmaker y músico, Juan combina sus intereses y habilidades de storytelling para crear contenido en torno a la naturaleza, ciencia y la vida cotidiana. Se ha desempeñado principalmente en áreas creativas, actualmente es productor del festival Santiago Wild y filmmaker freelance.
Foto cortesía de Juan Croxatto
¿Qué valora del Jackson Wild Collective y cómo le ha ayudado en su trabajo?
El momento en que encontré el Collective por primera vez, lo que más me prendió fue ver tantas personas de todo el mundo con quienes compartimos un fuerte interés común. Personas que estoy seguro que sienten un llamado interno hacia la naturaleza y el storytelling, de bastante vocación y pasión.
Pertenecer a una comunidad de estas características es una gran motivación. Ver qué trabajos están realizando en diferentes partes del mundo, estar a un click de tanta información es muy valioso. En una industria tan piramidal, existen muchos entusiastas independientes que están intentando abrirse camino. El Collective no solo es importante, sino que muy inteligente darle un techo y un plataforma a los realizadores para conectarse. Por eso este espacio y encuentros como Jackson Wild son tan relevantes, mantienen viva la llama y hacen girar la rueda.
¿Qué es lo más difícil de su trabajo? Y a la inversa, ¿cuál es la parte más emocionante de su trabajo?
Lo más desafiante de mi vida laboral creo que es la administración del trabajo independiente. Ser freelance es lo más difícil y lo más excitante, y navegar en un mundo tan acelerado y ansioso como el que vivimos hoy le da ese extra de dificultad. Las tareas de mi día a día no son necesariamente “difíciles”, pero el motor que moviliza las acciones del día a día son lo que hay que mantener aceitado, bien afinado.
Lo más motivante de mi trabajo es justamente que la relación con todo lo que hago es bastante uno a uno, e implica una conciencia y cuidado sobre lo que se hace y que se haga bien. Siempre me he inclinado más al conocimiento expandido que al especializado. El diseño me dio esa mirada más de pájaro.
Trabajar en Santiago Wild y ser productor es pura gestión, ser un puente entre las diferentes partes. Pero también estoy constantemente inventando algo, creando, haciendo cosas paralelas, saliendo a filmar, investigando, conectando con personas, etc. Encontrar el balance es como el arte de la vida, siento, y es un ejercicio de largo plazo. El balance no es un punto estático, es un movimiento constante que en promedio debe estar centrado.
¿De qué se siente más orgulloso en su carrera profesional o en su trayectoria personal?
Estar trabajando desde adentro del festival Santiago Wild me pone muy contento y orgulloso, porque es un camino que se ha dado paso a paso, muy conscientemente y de forma humilde y honesta.
Al trabajar por un espacio que busca potenciar a realizadores de todo el mundo, inevitablemente me veo a mí mismo hace 5 o 10 años. Hoy sigo siendo un aspirante a trabajar en producción, por lo tanto es un doble propósito, tabajar para otros y para mí mismo.
Cuando sentí esa primera curiosidad por el filmmaking y la naturaleza tenía como 19 años. No conocí a nadie que tuviera la misma inquietud y que soñara con lo mismo que yo..
Hace 10 años apareció Ladera Sur y se convirtió en un refugio para compartir con otras personas que tenían intereses similares, y cuando se lanzó Santiago Wild -proyecto de Ladera Sur- hace 6 años atrás yo ya era como ese fan que va a ver a su banda favorita cada vez que toca en vivo, y después de participar de todo lo que hacen, hoy estoy tocando en esa banda.
Es tan difícil hacerse un lugar en esta industria, sobre todo desde latinoamérica y Chile, por lo tanto la idea de formar un hub desde el hemisferio sur y expandir un poco más la red del hemisferio norte simplemente hace demasiado sentido.
Pero el festival es solo una parte de mi trabajo, porque también tengo una carrera paralela independiente. Filmar la naturaleza es un camino aparte y personal. Comenzó de forma muy inocente, orgánica, pero que movió una pieza que luego movió otra y así se desencadenó una serie de eventos que hoy me tienen aquí, y que al igual que Jackson Wild y el Collective, amplifican el talento y las nuevas voces.
Rastreando fauna salvaje en los alrededores de Santiago. Foto cortesía de Juan Croxatto.
¿Cuál es la experiencia más memorable/emocionante/eufórica que ha vivido trabajando sobre el terreno?
El 2023 fui por 3 meses a filmar a Costa Rica. 1 mes y medio en el sur, cerca de la Península de Osa y el resto en el norte. Vivir inserto en la selva y coexistir con tal diversidad de animales fue alucinante y muy revelador. Desde pequeños insectos, arácnidos y anfibios con los que convives a diario, a encuentros con mamíferos más grandes, felinos y aves exóticas, o reptiles gigantes como cocodrilos y serpientes. Era un sueño insertarme en un entorno así para filmar, y debo decir que no estaba preparado, porque es un ecosistema tan diferente y ajeno al que vivimos en Chile, que todo era nuevo y desconocido y si no conoces el entorno es muy difícil captar las historias y registrar con éxito los fenómenos de la naturaleza. Y definitivamente no estaba preparado para la humedad que afecta los lentes 😅.
Una noche buscando anfibios tuve un encuentro cercano con un Ocelote adulto(Leopardus pardalis) que salió de unos matorrales a 2 metros de distancia. Como no reaccioné de forma sorpresiva, se mantuvo tranquilo y desapareció entre la selva. Por dentro aceleradísimo, pero siempre mantener la calma..
Filming Crocodiles at Barra del Colorado, North Caribbean Costa Rican with Sofía. Photo courtesy of Juan Croxatto.
¿Qué le apasiona del cine? ¿Qué le atrajo de él?
El filmmaking es una gran cocina de elementos rítmicos, sonido, imagen, ingredientes que podemos combinar para provocar, contar cosas y transmitir mensajes. Qué es más potente que eso.
Además de la fotografía y el filmmaking, soy músico, entonces me encanta crear música para lo visual y me atrae mucho el ritmo, el paisaje sonoro, las melodías.
Soy muy nerd del filmmaking, me parecen los juguetes más entretenidos de usar que existen. Me obsesiona la imagen. Tengo la maldición que cuando veo una película, me paso a veces más tiempo intentando entender cómo está hecha, dónde está la luz, cómo se mueve la cámara, qué elementos componen la imagen, y de pronto olvido qué está pasando en la historia. Es una fijación que a menudo tengo que controlar jaja 😅. Si a esto le sumamos el elemento sonoro, la experiencia se vuelve muy elevada.
También me gusta mucho que el filmmaking -o la cámara en realidad-, es como un portal a cosas que están escondidas. Lo microscópico, lo que está más allá de la tierra, (las estrellas, otras galaxias), lo que aparece cuando vemos a 1000 fps, o manipulamos el tiempo en reversa, una cámara térmica, infrarroja. etc. Cosas escondidas pero a plena vista. Para mí es lo más parecido a la magia.
Aunque existen medios cada vez más innovadores, tecnología 3D, realidad virtual, XR, etc, siento que aún no hemos terminado de explorar el medio 2D + sonido y la infinita posibilidad de contar historias con eso.
Foto cortesía de Juan Croxatto
¿En qué proyectos está trabajando actualmente?
Actualmente en Santiago Wild estoy full time, pero siempre estoy haciendo cosas por mi cuenta propia. Estoy interesado en descubrir los entornos que rodean la ciudad de Santiago. Vivimos a los pies de la cordillera, rodeados de cerros y en ellos hay una vida muchas veces ignorada. Mamíferos, aves rapaces, insectos, anfibios, etc.
Descubrir y mostrar eso, compartirle a los citadinos que sí hay una naturaleza que hay que cuidar y no es solo un pedazo de cerro seco me parece un bonito llamado. No hay que ir a Costa Rica o a África para descubrir historias de la naturaleza que valga la pena contar. Además, he estado indagando en el diseño de sets. Me llama mucho la atención ese trabajo más de estudio, más técnico, de lo micro, lo oculto y que se puede explorar en un mismo lugar.
Photo courtesy of Juan Croxatto
Se licenció en diseño y trabajó como directora creativa durante tres años. ¿Siempre supo que quería estudiar (y más tarde trabajar) en un campo creativo? Además, ¿cómo influye su formación como diseñador en su trabajo como narrador y cineasta de historia natural?
Estudiar diseño fue de las cosas más entretenidas que hice. Pude tomar todas las herramientas de vida que había aprendido hasta entonces, ordenarlas y orientarlas con un objetivo. Mi infancia fue bastante estimulada por las artes, la música y también la vida al aire libre. Aprendí a tocar instrumentos musicales desde pequeño, dibujaba, pintaba, etc. Pero a la vez, sentía un fuerte llamado hacia la naturaleza. Vivir en un país tan diverso geográficamente es inevitable sentir ese interés. Un cumpleaños mis padres me regalaron un microscopio medio de juguete con el que podía ver ese mundo escondido y para un niño curioso descubrir eso es bastante revelador. Seguí haciendo música, tocando con bandas, pero más grande tomé la cámara y empecé a explorar la fotografía y los videos y a combinarla con el aspecto sonoro. Y de pronto era el que filmaba los shows, hacía videoclips, creaba las visuales, el artwork, etc.
Entonces el diseño lo juntó todo, hizo que cuajara. A diferencia del arte, el diseño está enfocado en atender una necesidad. Hay que descubrir esa necesidad observando exhaustivamente hasta dar con comportamientos que pueden ser atendidos, corregidos o mejorados. Eso es el diseño en esencia. El diseño me dio estructura y metodologías para combinar toda esa gama de intereses que antes solo se expresaban de forma infantil y antojadiza, sin un objetivo.
El diseño y el filmmaking se parecen en que ambos son storytelling, cuentan algo y te llevan por un viaje que ha sido previamente pensado e intencionado. El “user experience designer” o diseñador UX, tan de moda hoy, justamente se dedica a crear el “journey” de tu relación con un producto o servicio. El filmmaking es puramente journey. Un personaje atraviesa una serie de pasos y estos están representados de una forma arquetípica con la que podemos identificarnos y de esta manera sentimos emociones. No hay mucha diferencia.
Por último, los humanos contamos historias todo el tiempo. Cuando conversamos, contamos chistes, mandamos emails, pitcheamos, etc. Somos por naturaleza Storytellers. Es todo un mismo universo creativo.
¿Cuáles son las oportunidades únicas y los desafíos potenciales de ser un cineasta de Sudamérica, particularmente de Chile? ¿Cuál es la importancia de llegar a un público más amplio con historias locales centradas en Sudamérica?
El desafío de ser filmmaker en Sudamérica es justamente lo que a su vez genera la mayor de las cualidades. Latinoamérica se destaca por ser una región donde los recursos siempre han sido limitados. Donde hay tantas necesidades básicas que satisfacer primero, que la forma de solucionar los problemas es con creatividad y habilidades, y teniendo que ser muy estratégicos en el uso de los recursos. Me gusta la frase “Qué podemos hacer con lo que tenemos”, no con lo que no tenemos. Me encanta lo guerrilla que somos los latinoamericanos, lo talentosos y lo creativos. Es un entorno donde las oportunidades son más difíciles de obtener, pero que saca lo mejor de una cultura rica, colorida, diversa y salvaje, que a mí parecer está bastante conectada con su entorno y sus raíces, y que por lo tanto demuestra una forma de hacer las cosas que es bastante propia, auténtica y local.
Hace unos seis meses lanzaste un podcast en el que entrevistas a cineastas y narradores de historia natural. Hasta ahora, ha hablado con Ismaele Tortella, Pablo Albarenga, Emi Kondo y Chía Flórez. ¿Qué le inspiró para empezar un podcast? ¿Sabía que quería que fuera en español desde el principio?
Viendo documentales, siempre llegaba a la misma conclusión. Las personas quieren saber cómo se hizo. Por eso me interesé en este tipo de contenido y básicamente escuché todo lo que había en esta materia.
Existen varios buenos programas de conversación con realizadores, productores, camarógrafos y filmmakers en general. Si bien la producción para temas de naturaleza es un nicho, cada vez hay más contenido para aprender qué hay detrás de las historias de naturaleza, pero ni una de esas en español. Es bastante evidente que hay que llenar ese espacio de alguna manera, sobre todo porque existe talento latinoamericano que para mí gusto debe ser puesto bajo la luz. Para quienes están comenzando, es una excelente fuente de información en la que se aprende de otros que ya llevan años trabajando en esto.
No me limito solo a que sea en español, más bien me gusta que sean realizadores emergentes, que ya hayan dado sus primeros pasos, que estén un poco más adelante, que no sean necesariamente los veteranos con muchos años de carrera. Me gusta mantenerlo cercano, amistoso, poder divagar un poco en torno a las ideas y llegar a un público joven y curioso.
Me he dado cuenta de su interés por los hongos a través de las hermosas fotografías que hace de ellos. ¿Qué es lo que tanto te gusta captar de ellos?
Chile tomó cierto protagonismo en la fungimanía que despertó hace algunos años. Era inevitable estar metido en temas de naturaleza y que no aparecieran por todos lados.
El punto de inflexión creo que fue Fantastic Fungi. Esa película fue como si de pronto se abriera la caja de pandora y todo el mundo empezara a fascinarse por los hongos. A su vez, gracias al trabajo de Giuliana Furci, micóloga chilena que fundó Fundación Fungi el año 2010 y fue discípula de Paul Stamets, Chile se convirtió en el primer país del mundo en incluir al reino fungi dentro de su legislación, es decir proteger legalmente a este reino.
Luego vino segundas olas, como el libro de Merlin Sheldrake “La red oculta de la vida”, serie y videojuego The Last of Us, se masificara la producción y consumo de hongos adaptógenos, se expandiera el conocimiento en torno al uso medicinal de los hongos, la microdosis se puso de moda, se comenzarán a vender kits para auto cultivo y así. Los hongos estaban por todos lados, se derribaron ciertos mitos y dejaba de ser tabú. Pasaron de ser ciencia a cultura pop.
Foto cortesía de Juan Croxatto
Comencé a registrarlos, salir a terreno para buscarlos, viajé, fui a festivales de hongos, comencé a cultivarlos, leer papers, crear cosas con ellos, crear arte. Durante un período todo se trataba de hongos.
Había generado cierto contenido, pero no sabía qué hacer con él, y luego pensé, “nadie va a venir a entrevistarme sobre lo que estoy haciendo con ellos”, por lo tanto decidí auto entrevistarme y compartirlo en youtube para cerrar ese ciclo de exploración y seguir con otras cosas.
Los hongos son un reino fascinante, un pilar de la evolución que ha formado la vida como la conocemos hoy, están en todos lados y recién estamos empezando a entender de qué se trata. Si te interesa la naturaleza, no puedes pasarlos por alto.
Foto cortesía de Juan Croxatto
En 2023, participaste en el Santiago Wild Media Lab y ahora trabajas como productor con el fantástico equipo de Santiago Wild / Ladera Sur. En cierto modo, ¡ha sido como cerrar el círculo! ¿Cómo ha sido esta experiencia trabajando con Antonia, Martín y el equipo, y cómo te ha impactado como cineasta?
Es ese tipo de manifestaciones de la vida, combinados con trabajo, testarudez y una curiosa búsqueda que aún no tiene una respuesta final. Todavía estoy formándome y aprendiendo, no he tomado una decisión sobre lo que quiero ser, pero eso ocurrirá más adelante del camino, supongo. Antes de ganarme la beca del primer MediaLab, estaba a punto de tirar la toalla con la idea de ser filmmaker y trabajar en proyectos de naturaleza. Llevaba un par de años como freelance tratando de descubrir la manera de trabajar en esto, y a pesar de muchos intentos nunca logré consolidarlo, me frustré bastante intentándolo.
Comencé a buscar trabajo como diseñador en alguna startup, en empresas, etc. Y no pasó más que un par de días cuando apareció la postulación para el laboratorio en enero de 2023. Cuando Ladera Sur publicó “gracias a los más de 650 postulantes de 32 países por postular al laboratorio” dije, “no hay chance”, y lo olvidé. No podía apostar todo a que iba a ganarme la beca, por lo que organicé un viaje de 3 meses por Costa Rica con Sofía, mi pareja, para realizar un documental en la naturaleza más salvaje que pudiese encontrar. Cuando nos dan luz verde para irnos 3 meses a este refugio en la selva, al día siguiente recibo el mail de Santiago Wild que había sido uno de los 12 becados. Posteriormente vino una ola de sucesos que me decían que no tenía que dejar de insistir. En el Lab realmente conocí las primeras personas con quienes compartía este afán por contar historias de la naturaleza y fue una experiencia muy linda y entretenida. Mentores internacionales, el apoyo de Jackson Wild, equipamiento profesional de Sony, y mucho trabajo. Un mes después del Lab nos fuimos a Costa Rica , y estando allá, surgió la oportunidad de ir al Jackson Wild Summit 2023. Postulé como voluntario y viajé a Wyoming.
Estando en Jackson Wild compartí mucho con Martín y René Araneda, productor y director chileno que era Jurado final de esa edición. A la vuelta, Martín me invitó a ser productor de la edición 2024 de Santiago Wild. Teníamos que hacer crecer el festival, realizar otro Media Lab y el primer Summit en Santiago.
Juan at the 2024 Santiago Wild Media Lab. Foto cortesía de Juan Croxatto.
La edición 2024 fue un gran paso para el festival. Me tocó coordinar el programa del Laboratorio (+650 postulaciones nuevamente), moderar paneles de conversación, programar el contenido del festival, evaluar las películas, y en fin, mucho trabajo para un equipo pequeño. Luego pensé, quiero ir a conocer otros festivales de naturaleza para tener otra perspectiva, así que postulé de voluntario para visitar Wildscreen y partimos con Sofía. Estuvimos 10 días en Bristol y vivimos de adentro otra experiencia muy enriquecedora.
Después empecé con el Podcast porque sentí que había ganado cierta experiencia que me permitía conversar con personas sobre estos temas y comunicar desde un espacio personal. A la vuelta del viaje nos pusimos manos a la obra para comenzar a preparar Santiago Wild 2025 y aquí estamos en este momento, ad portas de una nueva edición que sigue creciendo, atrayendo más talento, actores de la industria y potenciando las voces emergentes. No tengo claro qué es lo que sigue, pero en la medida que uno insista y esté apegado a sus principios y llamados, no puede resultar mal.
Santiago Wild Media Lab May 2024
Si pudiera dar algún consejo a su yo más joven o a un aspirante a narrador y conservacionista, ¿cuál sería?
Creo que todos los que se han realizado en esta industria del filmmaking y storytelling de naturaleza tienen un camino único. Algunos se iluminan más temprano, otros llegan mayores, pero ese timing está definido por elementos que son difíciles de entender, y lo único que nos hará prosperar es la relación que tengamos con nosotros mismos respecto a las expectativas, presiones y ansiedades, -que la mayoría de las veces vienen de nosotros mismos, de nadie más-.
En esta era de la información y tiempos acelerados e inciertos que vivimos, necesitamos aferrarnos a respuestas que disminuyan la ansiedad e incertidumbre, pero la verdad es que esas sensaciones son intrínsecas a cualquier búsqueda que no tenga un camino predefinido. La exploración es eso. Como Darwin, Colón o Shackleton no sabían lo que iban a encontrar, pero por alguna razón -por lo general bastante espiritual- tenían que ir a descubrirlo.
Además, es un trabajo que se suele traducir a cosas concretas. Proyectos audiovisuales, películas, cuánto impacto medible realmente generamos con nuestra campaña o proyecto de conservación, y pareciera que todo lo que no se puede ver y demostrar, no existe, pero eso atenta contra todo el aprendizaje intangible, que es valioso y que hay que cultivar. Finalmente lo que todos realmente buscan es relacionarse con buenas personas, y no hay una receta clara para eso, solo vivir auténticamente hacia lo que te llama y apasiona, y de esa manera podrás ser la mejor versión tuya. Si uno vive siendo fiel a sus llamados, la vida, el universo, el destino, la naturaleza, dios, o como le llames, te ofrecerá lo que te corresponde.
Foto cortesía de Juan Croxatto
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